diumenge, 30 de març del 2014

La novel·la de no ficció

Novel·la de no ficció. Un oxímoron i un nou gènere literari creat per Truman Capote.
A la contraportada de Tor, l'editor decideix establir una certa comparació amb la novel·la reconeguda com a primera del gènere, "A sang freda":
 "...una arriscada aventura periodística convertida en narració literària -recordant el nord-americà Truman Capote."

Una comparació arriscada, ja que l'obra de Capote està considerada una de les grans obres literàries del segle XX.
A la propera trobada podem discutir amb aquells que hagueu llegit els dos llibres, si aquesta comparació li fa o no un favor a "Tor". Els que no hagueu llegit "A sang freda", a part de recomenar-vos la seva lectura, us deixo aquest article per tal que us en pogueu formar una opinió.


A sangre fría, inicio de la no ficción
Por Lizeth Gómez De Anda

El 16 de noviembre de 1959 la portada de un periódico local de Kansas dedicaba su primera plana a un crimen escalofriante: “Four in Holcom Murdered Family”. Ese día, a dos mil kilómetros, un periodista de cabello engomado y grandes anteojos leyó en el New York Times la nota de 300 caracteres, sobre el asesinato de la familia Clutter, hecho que lo inspiró para crear un nuevo género en la literatura: la novela de no ficción. Impactado y lleno de incertidumbre sobre algunos detalles del multihomicidio —como que la línea telefónica fue cortada para evitar llamadas de auxilio y que los asesinos no se llevaron nada de la suntuosa residencia—, Truman Capote se dirigió a Kansas en compañía de la escritora Nelle Harper Lee. Ese año, después de obtener la aprobación de su editor, el periodista tomó los primeros datos que habrían de convertirse en una de las obras más importantes del siglo XX: A sangre fría. La obra, ejemplo de una investigación profunda, logró, en palabras del escritor Rafael Pérez Gay, hacer que el periodismo se convirtiera en literatura pura y dura. “Si uno lee A Sangre Fría todavía asombra la precisión con la que ha sido narrada, la destreza para caracterizar y darle densidad a los personajes, y la sangre fría para describir la terrible noche en la que lo asesinos terminaron con la vida de la familia Clutter, salieron de la casa con 50 dólares, cuatro vidas y el principio de una gran obra literaria”, señala. Capote, que llamaba la atención por su personalidad extrovertida, concibió la idea de la novela motivado por el deseo de escribir un libro que se leyera como prosa pero que, en cada detalle, fuera rigurosamente cierto: “hizo periodismo de la mayor calidad, documentando hasta el último detalle de lo que escribía, pero también literatura de la mayor calidad escribiendo rigurosamente todo lo que había investigado”, expresa el novelista e historiador Héctor Aguilar Camín. “Estableció un género que revolucionó todo el ámbito de no ficción, porque es una historia verdadera y documentada, es también una historia dramática que tiene la revelación de un enigma”, agrega. Más allá de sus expectativas, Capote logró convertir un suceso, que la prensa tradicional abordaría de manera fragmentada, en un texto literario: “probablemente este material puesto en otras manos no hubiera dado el resultado que dio en la prosa extraordinaria de Truman. Su novela ha quedado como una insignia de lo que puede ser el periodismo si se escribe con inteligencia y con talento”, expresa Pérez Gay. Previendo un poco de las críticas que podían surgir, recuerda el escritor Eliseo Alberto, Capote se adelantó: “inventó un género, algo que nadie había hecho todavía y él mismo lo mencionó. Lo hizo con gran maestría y el resultado de su trabajo continúa vigente”. El autor de Desayuno en Tiffany’s dedicó seis años de su vida a realizar una profunda investigación de campo, un análisis detallado de los registros oficiales y, para José Carreño, principalmente “la realización de entrevistas verdaderamente desalmadas con los asesinos de la familia (Hickcock y Perry Smith)”. “Esta novela acuña dos vertientes que se pensaban totalmente opuestas”, señala Carreño. Para el poeta Luis Miguel Aguilar: “A sangre fría tiene ese mérito: ahí surge la novela de no ficción. Al principio despreciaron el género autores como Norman Mailer que tiempo después acabaría incurriendo en él con La canción del verdugo. Por otra parte el periodista y escritor Rubén Cortés afirma que desde el siglo XVIII hay antecedentes del género: “en realidad antes de A sangre fría existía algo estilísticamente similar a la no ficción cuando en 1722 Daniel Defoe escribió El año de la peste, un libro sobre la epidemia de peste bubónica que azotó a Londres en 1665”. Con una pijama de seda, Truman Capote pasó noches gestando la novela hasta la muerte de los asesinos: ¿En total cuánto dinero encontraste de los Clutters? preguntó el periodista a Perry Smith. Cuarenta o cincuenta dólares, respondió.

La novela consagró a Capote como uno de los escritores de la literatura norteamericana del siglo XX.
Capote sigue paso a paso la vida del pequeño pueblo de Holcom, y realiza los retratos detallados de las víctimas de una muerte tan espantosa como insospechada, acompaña a la policía en las pesquisas que condujeron al descubrimiento y detención de Hickcock y Perry Smith. La novela se concentra en los dos criminales psicópatas hasta construir dos personajes perfectamente bien definidos que retratan la desesperanza humana.